Origen de la frase "La suerte está echada"
"La suerte está echada" es una expresión atribuida por Suetonio a Julio César en el momento de cruzar el río Rubicón, límite entre Italia y la Galia Cisalpina (provincia que el Senado romano le había asignado). Con este paso, se rebeló contra la autoridad del Senado y dio comienzo a la larga guerra civil contra Pompeyo y los Optimates. Según algunas versiones, César usó el imperativo “jaci” en lugar del pasivo “jacta est” (“¡Echad la suerte!”).
La frase en griego (ανερριφθω κυβος) está, pues, en Menandro y Plutarco Caes. En latín, tal vez la traducción más rigurosa sería: "jacta esto alea" y podríamos traducirla como"que se lance el dado" "que esté el dado lanzado" con el sentido que arriba se ha comentado.
La oración implica que él había tomado el riesgo y pasado un “punto de no retorno”, es decir, él no podía retroceder de lo que había hecho, como el jugador que ha apostado todo a una tirada de dados.
Hoy en día, la frase significa dar un paso irrevocable, generalmente de riesgo o confrontación.
Política y retóricamente, las dos orillas del Rubicón, separadas por un estrecho caudal muy fácil de cruzar, representan la seguridad de la pertenencia a la tiranía y la peligrosa libertad.
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