Hay que decirlo sin rodeos: son muy pocos los hombres que salen bien librados de la cama, y no porque lo tengan grande, pequeño o mediano, un punto que tanto suele preocuparles. O porque sean eficientes maquinitas que siempre están dispuestas, listas, en su punto. No!!! Hay sutilezas vitales que poco o nada tienen que ver con el buen desempeño físico y que son claves a la hora de juzgar que tan buenos son para el sexo. Estas son:
Que tan buenos son para el sexo?
1. Todo entra por los ojos:
Las mujeres, como los hombres, entran por los ojos. Y en ese primer juicio la vanidad masculina es fundamental... Un hombre gordo, que no se cuide, que tenga los zapatos sucios (no se imaginan cuanto se fijan las mujeres en los zapatos!), que use tanga narigona de colores... Qué horror!
El que huela bien, se afeite, se vista con gusto, use boxer's (se admiten calzoncillos Jockey blancos), ande con las uñas limpias y cuidadas, empieza la seducción con el pie derecho.
2. Besos, más besos:
Por favor hombres, demorénse todo lo que quieran besando a las mujeres. Ellas extrañan (¡de verdad!) esos besos de adolescencia frente a la puerta de la casa. Extrañan los vidrios empañados por tanto besar. Extrañan el mirarse a los ojos mientras les besan en el cuello, la boca, las orejas (bueno! con algunas excepciones!). El que sabe besar y sabe bailar (sin que besar sea sinónimo de tocar por todas partes) llegará rápido a su meta.
3. Más de 15 minutos por favor:
Los hombres máquina, tipo taladro, frenéticos y animalescos, que demoran los quince minutos que puede tomarles llegar a un orgasmo
(hemos cronometrado, si señores), suelen ser catalogados de sosos, egoístas, aburridos y discolos. Háganlas desear. No lo den todo tan rápido!
Que ellas vean estrellas antes del taladro, por favor!
4. Variedad:
La posición del misionero no esta mal, pero para ellas suele ser interesante (por eso de los estímulos entre los pliegues femeninos) estar encima o agarradas a ustedes como si fueran el tronco de un árbol.
Variedad señores!!! Déjenlas de tanto en tanto tomar la iniciativa en posiciones más interesantes...(siempre a gusto del consumidor lo de las posiciones!!)
5. Pocas preguntas:
Celos añejos? Vaya uno a saber... Pero el hombre que en pleno acto pregunta: ¿donde aprendiste? ¿Quien te enseñó? ¿Por que tan enteradita? ¿Cuantos componen tu lista?... ¡Mata todo! El pasado es pasado. Nada de indagar sobre el como se aprendió.
6. Ojo con las manos:
Acaricien, no amasen. No sean tan rápidos con las manos. No sean tan genitalistas. Utilícenlas para una caricia en el cuello, en la mejilla, en el pelo, en los pies. Y cuando lleguen a la intimidad, ya saben: no se trata de amasar.
7. Dejen actuar:
Si nos compramos un brasier sexy, no lo arranquen, Disfrútenlo.
Si encendemos la chimenea, compramos vino, calentamos el jacuzzi y los recibimos desnudas, sean lentos con el romanticismo. No sean tan rápidos!
8. Palabras:
Todas las mujeres coinciden en que el clítoris está en los oídos. Que les digan que les gustan, que son bellas, que están excitados, que les fascinan, que las quieren (como les gusta que les digan que las quieren!). Ojo con volverse mandones: 'hazme esto, hazlo así, quiero esto, etc.' Hay que saber decirlo.
9. Dos seguidos, no:
Calidad en vez de cantidad. Una vez se acaba, un vino, una charla, unos besitos. El que vuelve y ataca, uf! A veces es pesadilla. (Bueno, esto lo dejamos para consideración de cada quien, ¿verdad? En gustos...)
10. Adiós ronquidos:
Por muy bueno que sea en la cama, el que acaba y se duerme de inmediato es, en vocabulario femenino, un perfecto imbécil. Así que a mantenerse despiertos una horita por lo menos...
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