"Simba, te voy a contar algo que me dijo mi padre. Mira las estrellas, los grandes reyes del pasado nos observan desde las estrellas; así que cuando te sientas solo, recuerda que esos reyes siempre estarán ahí para guiarte... y yo también".
El Rey León es una de las películas más populares de Disney, donde la trama se centra en el poder animal y en cómo el ecosistema hace que la naturaleza se comporte, en el llamado "ciclo de la vida".
En una popular escena de la película animada, Mufasa le cuenta a Simba que sus antepasados se manifiestan en las estrellas, y cada vez que se sienta solo, sólo tendrá que mirar al cielo y podrá encontrar armonía en su ser. Esto se puede ver a simple vista como algo meramente espiritual, pero si indagamos un poco más, la idea (astronómicamente hablando) quizá no sea descabellada.
Sin mencionar a nuestro sol, las estrellas se encuentran a cientos, miles o millones de años luz de distancia de la Tierra, por lo que la luz que vemos es el reflejo de su pasado, vemos sus "fantasmas".
Ahora, es cierto que las estrellas que vemos en el cielo (en un lugar sin contaminación lumínica), la gran mayoría están en nuestra galaxia, la Vía Láctea, que solo tiene una longitud de 100 mil años luz. Pero gracias a la astronomía, la humanidad ha podido observar galaxias a 13 mil millones de años luz (casi la edad del universo). Al analizar esto podemos ver la luz, posiblemente de algunas de nuestras partículas y por ende "de nuestros antepasados".
La astronomía nos ayuda a entender el pasado, de donde venimos, y muy posiblemente nos diga a dónde vamos. Mufasa tenía razón a final de cuentas, al ver las estrellas y ver más allá de nuestros ojos, es imposible sentirnos solos.
"Todos estamos conectados en el gran ciclo de la vida, y la vida está conectada a las estrellas... y al cosmos".
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