Hoy en Cosas Curiosas te contamos la historia detrás de la pintura "La piedad" de William-Adolphe Bouguereau.
La historia detrás de la pintura "La piedad" de William-Adolphe Bouguereau
Cuando su hijo murió a la edad de dieciséis años, en julio de 1875, Bouguereau se hundió en una profunda depresión durante seis meses. Para escapar de este estado, decidió crear una obra que marcaría su dolor y sería un monumento a su hijo muerto: La Piedad de 1876.
El trabajo del francés Bouguereau que fue siempre criticado por académico, a insólito contrapelo de las vanguardias, superficial, burgués y de contenido fácil para el gusto del gran público, aquí se escapa de todos esos puntos. Es una obra intensamente personal, cuyo poder aumenta por su contenido dentro de la tradición clásica, y está lejos de ser una interpretación estándar de María y Cristo.
Bouguereau pinta una escena de dolor con total sinceridad. El artista llora en silencio.
Influido por el arte bizantino, con esas grandes auras doradas, el pintor puede darle mayor protagonismo a los rostros. El de María, con un devastador rictus de dolor, mirándonos fijamente y agarrando el cuerpo de su hijo como para no soltarlo, no aceptando su partida. El de Jesús pálido e inerte y con una gran perfección anatómica. Su cuerpo luminoso brilla como un sol, y deja ver unas espeluznantes venas azules mientras su extremidades cuelgan sin vida
María, desde las sombras nos interpela con ojos enrojecidos. Su expresión no es de aceptación, sino de rabia, incomprensión e incredulidad.
Alrededor, los ángeles también se acercan a llorar, cada uno con su pose, su expresión y su color.
Esta madre pregunta por qué le han arrebatado a su único hijo. Este lienzo no es una representación de un evento religioso abstracto: es un grito.
William-Adolphe Bouguereau
Pietá
Óleo, 230 × 148 cm.
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