Un 26 de junio del año 1541, dejó de existir el conquistador Francisco Pizarro, el cual fue asesinado por el hijo de su socio Diego de Almagro, conocido como Almagro el Mozo, dándole una estocada en el cuello.
La muerte de Francisco Pizarro
El último día de Pizarro.
El 26 de Junio de 1541, fue el último día en la vida del Marqués Francisco Pizarro, cuando una turba de Almagristas liderados por los hijos del que fuera socio de la conquista española irrumpen en la casa de Pizarro asestándole por sorpresa con espadas y cuchillos, y es con una espada que acabará con la vida del conquistador.
Pizarro aguantó muchas penurias como la indiferencia de sus connacionales, los viajes desde la “madre patria” a las tierras americanas, las batallas contra los fieros incas, pero no pudo frenar la ira de sus socios.
Dentro de los conquistadores y por el ansia de poder y riquezas hubieron un sinfín de traiciones y brutalidades cometidas no sólo entre ellos sino también con la comunidad incaica, el caso más sobresaliente de ambición lo llevó a cabo Sebastián Benalcázar en su demencial búsqueda de El Dorado Inca. Así pues, el que obra mal termina mal, los seguidores de Almagro entran en el fortín de Pizarro causando tal vez el primer golpe de estado en esta parte del continente, un hijo de Almagro con espada en mano, hinca su hierro en la garganta del extremeño dándole muerte un 26 de Junio de 1541.
Almagro llegó a América en 1514, con tan solo unas cuantas monedas que le dio su madre, y con el único afán de poseer las riquezas que no podía tener en Europa. La primera intervención de los conquistadores en tierras peruanas fue la captura y posterior ejecución de Atahualpa, del cual, un miembro de la comitiva Pizarrina en carta a su padre escribe: “En dos horas y media matamos a 8. 000 indios, de los cuales tomamos mucho oro y ropas”.
Pero con esta captura y ejecución no acabaron las reyertas, Manco Inca se proclama Inca e inicia una serie de batallas en contra de los castellanos, tomando posesión de varios lugares, siendo Lima uno de ellos y contra los cuales arremetieron la escuadra Inca con tan mala suerte que de las provincias se unieron refuerzos para hacer frente a los chapetones. La orden de Manco Inca era simple, matar a cuanto cristiano se hallaba en las ciudades. En Lima, las mujeres, niños y ancianos fueron trasladados a los barcos para salvarlos de la arremetida Inca, pero eso será motivo de otra crónica.
La reacción española no se hizo esperar y a todo indio que encontraban con espada, daga, machete o cualquier otra arma, le cortaban la mano derecha como símbolo de la dureza con que debía regirse en el nuevo gobierno, esta ley estaba dada sin considerar las edades ni los sexos de los combatientes.
La rivalidad entre ambos por la tenencia de territorios llegó a un punto insostenible en 1535 en la batalla de las Salinas donde Almagro fue hecho prisionero.
Almagro suplicó por su vida, a lo que Hernando Pizarro, hermano del Marqués le responde: «Sois caballero y tenéis un nombre ilustre; no mostréis flaqueza; me maravillo de que un hombre de vuestro ánimo tema tanto a la muerte. Confesaos, porque vuestra muerte no tiene remedio». Finalmente, Diego de Almagro fue condenado a muerte por sedición, cumpliéndose la orden en la Plaza Mayor del Cuzco un 8 de Julio de 1538, la pena era severa pues murió estrangulado por torniquete y su cuerpo decapitado posteriormente.
Así pues la envidia, la codicia, la intolerancia, hicieron que los Almagristas liderados por Diego de Almagro hijo, a quien Pizarro había expropiado sus tierras en Chile, ingresaran ese 26 de Junio al Palacio, según historiadores cuentan que Pizarro dio brava batalla a los sublevados, recibiendo más de veinte heridas de espadas en la espalda e incluso una herida en el pulmón derecho, la estocada final vino en la garganta y salió por uno de los ojos del Marqués dándole muerte.
Los Almagristas decidieron dar sepultura a Pizarro en forma clandestina en uno de los patios de la Iglesia Catedral.
En la Catedral de Lima entrando a la mano derecha, se puede encontrar una caja roja donde se cuenta que está el cráneo de Francisco Pizarro.
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