En el marco del Día Internacional de la Mujer (8M), exploramos el papel olvidado de la mujer íbera: un fascinante equilibrio entre sumisión y poder en la antigua Iberia. Aunque bajo la autoridad paterna o marital, su influencia era clave en la política, la economía y la religión.
Matrimonios que cambiaban el destino
La mujer íbera era transmisora de estatus social. Casos como los de Aníbal y Asdrúbal, que se unieron a princesas íberas, demuestran cómo ellas otorgaban prestigio y legitimidad. Himilce, princesa íbera, selló una alianza entre cartagineses e íberos contra Roma mediante su matrimonio.
Autonomía económica y derechos
A pesar de su dependencia legal, las mujeres íberas podían:
- Administrar y heredar su dote
- Trabajar la tierra y el ganado (como relata el historiador griego Estrabón: "Pare en el campo y sigue trabajando")
- Asumir roles de liderazgo en ausencia de los hombres (frecuente en una sociedad belicosa)
Sacerdotisas y guerreras: el poder místico
La mujer íbera estaba vinculada a lo sagrado y lo mágico:
Muchas eran sacerdotisas, mediadoras entre los dioses y los hombres.
Algunas empuñaron armas, desafiando estereotipos.
Una sociedad avanzada y exógama
La cultura íbera (ss. VI-I a.C.) fomentaba:
- Matrimonios entre etnias (como el de Himilce y Aníbal)
- Monogamia (a diferencia de otras civilizaciones coetáneas)
¿Por qué se sabe tan poco?
Los registros son escasos: solo cerámica, esculturas (como las Damas Íberas) y textos de Estrabón revelan fragmentos de su historia.
Reflexión para el #8M: La mujer íbera, aunque sometida a estructuras patriarcales, ejerció roles clave en la diplomacia, la economía y la espiritualidad. Su legado es un recordatorio de que la historia de las mujeres siempre ha sido de resistencia y poder oculto.
¿Sabías que…? La Dama de Elche y la Dama de Baza son dos de las representaciones más enigmáticas de la mujer íbera. ¡Comparte esta curiosidad histórica!
0 comentarios:
Publicar un comentario