Que un empleado deje salir la ira con su jefe cuando, por ejemplo, se siente injustamente tratado representa menos riesgos para la salud cardiovascular, que sufrir las humillaciones en silencio. , dice Un estudio publicado en Journal of Epidemiology and Community Health afirma que gritar al jefe es saludable.
De acuerdo con un estudio científico publicado en 2013 en Journal of Epidemiology and Community Health , las personas que sufren disgustos sin protestar tienen dos veces más peligro de sufrir un infarto o morir de alguna enfermedad cardíaca que quienes explotan de ira. Sus autores, científicos de la Universidad de Estocolmo, estudiaron a 2.775 trabajadores varones desde comienzos de los años noventa hasta el 2003. En los diez años analizados se produjeron 47 fallecimientos por ataques cardíacos o enfermedades cardiovasculares.
Además de medir su presión sanguínea, su índice de masa corporal y niveles de colesterol, les preguntaron cómo reaccionaban al sentirse tratados injustamente en la oficina o en la fábrica.
Tras analizar caso por caso, teniendo en cuenta tanto los factores biológicos como los distintos niveles de estrés, los investigadores llegaron a la conclusión de que aquellos que reprimían su enfado tenían el doble de probabilidades de enfermar y morir.
Según uno de los investigadores gritar no es la mejor solución, pero siempre es mejor decir en voz alta que uno se siente tratado injustamente a tener que soportar el maltrato y generar un malestar interno que con el tiempo se hace insalubre.
Ahora que sabes que gritarle al jefe es saludable, tienes una excusa y una fundamentación innegable a la hora de discutir con el patrón o el supervisor... Cuéntanos si alguna vez tuviste algún tipo de experiencia similar en el trabajo y cómo te sentiste luego de gritarle en la cara lo que pensabas a tu jefe. Comenta debajo.
Según un estudio científico, gritarle al jefe es saludable
De acuerdo con un estudio científico publicado en 2013 en Journal of Epidemiology and Community Health , las personas que sufren disgustos sin protestar tienen dos veces más peligro de sufrir un infarto o morir de alguna enfermedad cardíaca que quienes explotan de ira. Sus autores, científicos de la Universidad de Estocolmo, estudiaron a 2.775 trabajadores varones desde comienzos de los años noventa hasta el 2003. En los diez años analizados se produjeron 47 fallecimientos por ataques cardíacos o enfermedades cardiovasculares.
Además de medir su presión sanguínea, su índice de masa corporal y niveles de colesterol, les preguntaron cómo reaccionaban al sentirse tratados injustamente en la oficina o en la fábrica.
Tras analizar caso por caso, teniendo en cuenta tanto los factores biológicos como los distintos niveles de estrés, los investigadores llegaron a la conclusión de que aquellos que reprimían su enfado tenían el doble de probabilidades de enfermar y morir.
Según uno de los investigadores gritar no es la mejor solución, pero siempre es mejor decir en voz alta que uno se siente tratado injustamente a tener que soportar el maltrato y generar un malestar interno que con el tiempo se hace insalubre.
Ahora que sabes que gritarle al jefe es saludable, tienes una excusa y una fundamentación innegable a la hora de discutir con el patrón o el supervisor... Cuéntanos si alguna vez tuviste algún tipo de experiencia similar en el trabajo y cómo te sentiste luego de gritarle en la cara lo que pensabas a tu jefe. Comenta debajo.